Soy tan vulnerable a vos, que a veces hasta me da rabia. Todo lo que decis me afecta, absolutamente todo. Me siento tan culpable por todo lo que pasó, siento que me voy a arrepentir siempre de lo que hice, o mejor dicho de lo que no hice. Detesto la idea de saber que me guardas para más adelante. Pero detesto más aún, pensar que yo voy a estar, porque no puedo evitar estar cerca tuyo, porque por más que lo intente, por más que lo logre, no me dejás. Te acercás a mí, pidiendo perdón y prometiendo cosas que nunca cumplís y que yo no soy capaz de echarte en cara. De a poco volvés a ser el de siempre, la careta te dura poco y te descubrís de a poquito, pero te decubrís, ojalá pudiera decirte que ese juego conmigo ya no sirve porque lo sé de memoria, y no es que no me sepa el juego, lo conosco perfectamente, el problema es que no puedo dejarlo, la paso bien mientras el turno es mío, pero cuando se acaba y le toca a otra duele, y mucho.
domingo, 6 de septiembre de 2009
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